Quienes estaban presentes en el piso 31 del edificio de Movistar, llegaron a la conclusión de que la última conferencia de prensa ofrecida por Alexis Sánchez en Chile debe haber sido en sus tiempos de Colo Colo. Pero valió la pena la espera: durante el anuncio de su vínculo comercial con la compañía de comunicaciones, el atacante del Barcelona sorprendió a todos los presentes con su nueva personalidad: simpático, dicharachero, bueno para la talla, durante 15 minutos habló prácticamente de todo: del “bautizazo”, de la llegada de Eduardo Vargas al Nápoli, de su relación con Messi, de sus sueños por cumplir… Simplemente imperdible.
El “bautizazo”
Sobre el incidente que significó la marginación de la Roja de Valdivia, Vidal, Beausejour, Jara y Camona, dijo que “son jugadores importantes y todo el país los quiere junto a nosotros… Ellos mismos dijeron que nos fallaron a nosotros. Llegado el momento de pedir disculpas la aceptaremos, porque somos un equipo y una familia”.
–¿Hay un quiebre en el camarín?
–No, seguimos unidos, ustedes lo vieron cuando le ganamos a Paraguay
–¿Es verdad que tú te enojaste y los retaste cuando llegaron tarde?
–No, nunca me enojé. Simplemente nos juntamos a conversar como personas adultas, por qué se habían equivocado y cosas así. Nada del otro mundo. Pero ya está; no hay vuelta atrás, ya están castigados y tienen que cumplir.
–¿Piensas que ellos fueron desleales por las declaraciones que hicieron contra Borghi?
–No sé… Creo que empeoraron las cosas, pero insisto, no hay vuelta atrás. Tendrán que cumplir los 10 partidos.
Barcelona y sus sueños
–¿Qué sueños te faltan por cumplir?
–Mi primer sueño desde niño es ser el mejor jugador del mundo, y el otro salir campeón del mundo con la Selección de Chile. Esos son mis dos sueños. Pero voy paso por paso. Hasta ahora no he hecho nada. Así soy yo, de no valorizar nada lo que tengo. Quiero seguir sumando que es lo más importante para los jugadores jóvenes, ganar títulos y crecer como persona. Para mí eso es más importante que ganar títulos y dinero.
–¿Ser el mejor jugador del mundo, lo ves muy lejos?
–Bueno, estoy aprendiendo de Leo (Messi). Va a costar un poquito, ja ja.
–¿Con Messi, cómo es la relación?
–Me llevo muy bien, tiramos tallas, y cuando hago chistes el único que me entiende es él… En serio, es el único que se ríe. Es que a algunos les cuesta entenderme porque hablo muy rápido. Valdés siempre me dice “chileno, no te entiendo”.
–¿Y cómo es la interna del Barcelona, un plantel plagado de estrellas?
–Los jugadores como personas son un siete. Hay campeones del mundo, de la Champions, de Europa, pero ellos no se fijan en los títulos. Llego al camarín y Puyol, Iniesta, Xavi, Messi, todos me saludan como si fuera uno de la familia.
El Viejito Pascuero
El fin de semana, Sánchez estuvo regalando juguetes a los niños en Tocopilla. Y cuenta por qué:
“Yo cuando era pequeño también corría detrás de Papá Noel para que me dieran dulces, me tiraba dos dulces y decía “que cagao el viejo” (carcajadas). Ahora este año tiré pelotas autografiadas por mí del Barcelona, poleras de la selección, dulces, muñecas para las niñas, y me sentía orgulloso de lo que estaba haciendo porque hay niños que no tienen para comprarse un balón de fútbol. Después me saqué fotos con ellos y todos quedaron felices, que es lo más importante”.
Vargas al Nápoli
–¿Qué consejos le darías a Eduardo Vargas para que se adapte rápido en Italia?
–Yo no soy quién para darle consejos, pero si hablo de lo que me pasaba a mí, hacía dos goles en un partido y me sentía el mejor del mundo y no era así. Salí campeón con Colo Colo y dije, bueno, ya gané todo, todo el mundo me conoce, pero llegas a otra parte y no te conoce nadie… Por eso siempre hay que aspirar a seguir ganando títulos.
La Segunda Ahmedabad