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Por María Teresa Ceballos, nutricionista.
En esta temporada, las bajas temperaturas, el cambio de horario o el aumento de las enfermedades respiratorias, hace que disminuya la actividad física. Aquí es donde una alimentación adecuada juego un rol primordial.
Cuando comienza a hacer más frío, oscurece más temprano, la calidad del aire empeora y los resfríos están presentes, el hábito de realizar algún tipo de actividad física disminuye considerablemente. Por el contrario, el horario de reposo en la cama aumenta.
Si bien esta conducta es transversal a todo ciclo vital, se exacerba en la población de adultos mayores. Por ello, mantener una alimentación equilibrada, en especial en esta época del año, es fundamental para mantenerse sano.
Un factor a tener en cuenta, es que la falta de actividad física favorece el desarrollo de constipación, por lo que contrarrestarlo con un óptima ingesta de frutas, verduras y alimentos altos en fibra y agua es muy importante.
María Teresa Ceballos, nutricionista de Seniority, señala que “es en este período donde el consumo de alimentos altos en azúcar y grasa es mayor, lo que provoca un balance energético positivo, es decir, que la ingesta de calorías es mayor al gasto de energía y las personas pierden la percepción de aumentar de peso, debido a que la ropa es más gruesa y se anda más abrigado. También, se debe evitar el consumo de sal, ya que sólo aporta sabor a las preparaciones, pero provocan alteración en los niveles de glicemia y presión, además de sobrepeso y obesidad”.
Para promover y proporcionar una adecuada alimentación, es muy importante disponer de una minuta con frutas y verduras. “Una buena estrategia, es buscar alimentos propios de las diferentes estaciones y prepararlas de modo que estimulen su ingesta a través de colores y presentaciones atractivas”, dice la nutricionista.
Y continúa: “Consumir el aporte adecuado de proteínas es vital para contrarrestar la emaciación muscular, es decir, adelgazamiento de brazos y piernas, lo que es propio de la fisiología del adulto mayor. Sin embargo, no es bueno abusar de aquellas de origen animal, como las carnes rojas o blancas. En su reemplazo, una excelente alternativa son las legumbres, ya que son ricos en fibra, son equivalentes en proteínas y no poseen colesterol”.
Los lácteos son importantes para completar el requerimiento proteico y así evitar estados de desnutrición, lo que puede ocasionar un aumento en las distintas patologías, inmovilismo, postración, escaras e incluso, la muerte.
Las preparaciones húmedas, como estofados, cazuelas o carbonadas, son útiles para la hidratación del cuerpo, además de ser preferidos por los adultos mayores. No así las infusiones como el café tradicional, dada la tendencia hacia la hipertensión que presenta el universo de los adultos mayores.
Una buena planificación alimentaria hace más fácil seguir estas recomendaciones para una alimentación más saludable. Si a esto se le agrega un adecuado nivel de actividad física y control de hábitos como el tabaquismo y el consumo de alcohol, se traducirá en un estilo de vida saludable.
La Segunda
