A la hora de empezar, elige un tipo de ejercicio que más te acomoda.
El ejercicio aeróbico es estar en movimiento, al menos media hora, tres veces por semana y llegar hasta sentirse cansado (jadear). Justamente se trata de que el ritmo normal se acelere para que se produzcan todos los beneficios que veremos más adelante.
A la hora de empezar, elige un tipo de ejercicio que más te acomoda. Busca alguna actividad que te produzca placer o agrado, pues no sólo debes hacerlo al inicio... hay que mantenerlo en el tiempo. Las opciones son enormes, desde una caminata rápida hasta escalar algún cerro. El énfasis esta en la cantidad y no en la intensidad.
¿Qué pasa en nuestro organismo mientras hacemos ejercicio?
Cuando se está practicando ejercicio, la musculatura de todo el cuerpo comienza a trabajar más intensamente, aumenta la masa muscular y mejora su calidad.
También se optimiza el metabolismo del azúcar y la insulina en el cuerpo, lo que ayuda a bajar de peso. Como los músculos están trabajando más, exigen a todo el sistema vascular que les proporcione más sangre, y esto se traduce en que los vasos se dilatan y se flexibilizan.
A su vez, el esternón y los músculos que trabajan sobre el sistema respiratorio adquieren más capacidad y flexibilidad.
¿Qué beneficios acarrea en términos prácticos?
Como explica el especialista en Cardiología, doctor Sergio Bernal, "con la práctica de ejercicio aeróbico, los riesgos de accidentes coronarios y vasculares disminuyen en un 25% al estar los vasos más flexibles y dilatados". El hipertenso que comienza a practicar ejercicio con regularidad mejora su condición y en seis meses requiere menor cantidad de medicamentos.
Continuando a nivel vascular, la práctica de ejercicio aminora las posibilidades de desarrollar una ateroesclerosis, y es la única forma de elevar los índices del colesterol "bueno".
Está comprobado que el ejercicio estimula la producción de endorfinas, lo que se traduce en una sensación de bienestar a nivel psicológico y al mismo tiempo reduce los dolores; las personas que sufren de insomnio y comienzan a practicar aeróbicos notan una tremenda mejoría en su calidad de sueño.
Además, es de una ayuda inmensa para los que sufren de estitiquez y de colon irritable. En el caso de los adultos mayores, la práctica de alguna actividad, como el tai chi o el yoga, les mejora el equilibrio y la estabilidad, es decir, se caen y se fracturan menos.
Contraindicaciones
Las personas con insuficiencia cardíaca descompensada no deben hacer ejercicio.
Los obesos no tienen contraindicaciones, pero tienen que someterse a un estricto control y evaluación para empezar a hacer ejercicio.
Los pacientes que sufren alguna patología arterial también deben consultar.
Aquellas personas que tengan una deformación músculo-esquelética deben tener un plan de ejercicios especialmente diseñado para su condición.
Las personas con riesgo cardiovascular deben efectuarse un chequeo médico antes de iniciar un programa de ejercicios.
CLC
(Fotografía: La Vanguardia).