Deporte y fiesta nacional.
El rodeo es el deporte ecuestre más reconocido del país. Si bien surgió desde un quehacer propiamente agropecuario, como parte de las tareas cotidianas del campo chileno, fue durante la Colonia que se transformó en un espacio de competencia y recreación. En la década de 1960, por medio del oficio n°269 del Consejo Nacional de Deportes y el Comité Olímpico de Chile, se reconoció al rodeo como disciplina deportiva en sentido estricto, es decir, con jurado, premios, recintos especiales para su desarrollo y reglamentación propia. Esta última comprende normas y especificaciones muy precisas respecto de sus competidores, los ejemplares que participan y la indumentaria que se utiliza.
La actividad consiste en que una pareja de jinetes, denominada "collera", montada sobre caballos de raza chilena pura, deben arrear y atajar un novillo en tres oportunidades consecutivas sobre dos quinchas acolchadas al interior de una medialuna, turnándose la atajada y la arreada. En una corrida no solo importa la atajada, sino también la postura del jinete y del caballo, el correr con gracia y naturalidad. Otros personajes importantes en el desarrollo de la competencia son el capataz, que mantiene el orden dentro del recinto; el delegado, máxima autoridad de la competencia; y el jurado, que otorga los puntos y vela por el cumplimiento del reglamento.
En la medida que el rodeo se fue profesionalizando, sus reglamentos e institucionalidad han evolucionado. Este proceso se inició a mediados del siglo XIX con la organización de los primeros rodeos concebidos como espectáculo y no solamente como faena agropecuaria, lo que significó, entre otras cosas, terminar con la muerte del novillo en la atajada. Sin embargo, la racionalización del nivel de violencia de la actividad se produjo cuando se comenzó a atajar al animal en seco con el pecho del caballo. En la actualidad existen organismos oficiales y ayudas estatales destinadas a fomentar su desarrollo como deporte, pero también han alzado la voz agrupaciones que luchan contra el maltrato a los animales, las cuales ven en el rodeo una expresión de crueldad y abuso de poder, pues se elige a un animal indefenso para provocarle dolor y estrés con cada atajada.
Más allá de sus precisiones técnicas, hoy en día el rodeo es una actividad considerada tradicional por algunos grupos, en la cuál se manifiestan diversas manifestaciones del folclor tradicional chileno, con sus propias costumbres y espacios de sociabilidad. El rodeo está asociado a diversas manifestaciones de la cultura rural, pues simboliza la actividad de rodear y apartar el ganado, lo animan las cantoras, se celebra en ramadas aledañas, posee una producción artesanal indispensable para la competición y destaca en él la habilidad del huaso, su destreza y valentía para montar el caballo. Esta actividad se ha definido como el "deporte huaso" por ser la representación deportiva de sus labores pecuarias y por encarnar a un personaje propio de la sociedad rural.
Actualmente, la temporada oficial de rodeo se desarrolla entre los meses de agosto y mayo de cada año, efectuándose alrededor de 350 competencias a lo largo del país. El ciclo culmina con el Campeonato Nacional del Rodeo Chileno, que se celebra en abril, en la Medialuna Nacional de Rancagua. Luego del fútbol, el rodeo se ha convertido en uno de los deportes más populares del país, tanto por su masividad como por la carga simbólica que ha ido adquiriendo a lo largo de la historia nacional.
Texto extraído de Memoria Chilena