El próximo sábado.
Casi un año después de perder con Alemania en el Mundial de Brasil, Argentina volverá a disputar una final. Esta vez, la de la Copa América, contra Chile, el sábado a las 17, en Santiago. En el segundo cruce de semifinales, en Concepción, la Selección albiceleste fue voraz y eficiente para vapulear a Paraguay por 6-1 y buscará conquistar el certamen 22 años después.
Como en los partidos anteriores contra Paraguay, Uruguay, Jamaica y Colombia, Argentina salió a intentar imponer sus condiciones. Tenencia, vértigo, presión y transiciones rápidas. Que circule la pelota, la cancha estaba rápida, ideal para los pies supersónicos de Messi y compañía. Paraguay basó su contragolpe en pelotazos para Haedo Valdez y Roque Santa Cruz y buscó exprimir al máximo cada pelota parada.
El partido se desniveló a los 12 minutos en favor del equipo del Tata Martino. ¿Cómo? Con el fuerte del conjunto de Ramón Díaz, un tiro libre. Ejecutó Messi, Rojo ganó la posición en el área y, de media vuelta, puso el 1-0.
Tardó poco en estirar la ventaja la Selección Argentina. Definió mal la primera y, en la segunda que tuvo, también tras pase de Messi, definió fuerte y cruzado como pedía la jugada. En 27 minutos, se encontraba 0-2 y sin respuestas. Para colmo, Santa Cruz salió lesionado. Panorama inmejorable para la Albiceleste.
Toda la ineficacia que había padecido en los duelos previos parecía quedar en el olvido. De cuatro llegadas claras, concretó dos. Por momentos, Argentina asfixió a su rival, lo sometió a un ritmo sofocante y le hizo sufrir el desarrollo.
Se consumía un primer tiempo casi perfecto para Argentina, hasta que un grosero error en la salida (mal envío de Otamendi y anticiparon a Pastore) terminó en un bombazo de Barrios para el descuento. Otra vez, Argentina dejó reaccionar a su adversario y sufrió en vano.
En el segundo tiempo, no hubo tiempo para la emoción ni las dudas. A los 2', una jugada colectiva, un pase en profundidad de Pastore y una buena definición de Di María derivaron en el 3-1. Con el trámite nuevamente controlado por completo, Argentina se floreó y noqueó a Paraguay con otra obra de Messi y Pastore que culminó Di María: 4-1.
Con Paraguay demolido, el Kun Agüero recibió un centro perfecto de Di María y, con un cabezazo bárbaro, le cambió la trayectoria a la pelota y anotó el quinto. Y apenas entró, Pipita Higuaín tuvo una y no falló.