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En la jornada inaugural.
Un difícil estreno vivió el Equipo Grez, integrado por los hermanos Benjamín y Cristóbal Grez Ahrens, en la Copa del Mundo Miami de vela, evento que definirá su opción de clasificar a los Juegos Olímpicos en una embarcación de la exigente categoría 49er.
En el US Sailing Center y ante una flota de 60 duplas, los navegantes de la Cofradía Náutica del Pacífico (Algarrobo) y seleccionados Fedevela clasificaron en un expectante 19º lugar en la regata inaugural, pero en la siguiente sufrieron una penalización por partida adelantada que les significó 32 puntos en contra y que pone en riesgo su posibilidad de conseguir el cupo sudamericano para Rio 2016.
En contraste, sus rivales directos por los pasajes a Brasil, los uruguayos Santiago Silveira y Philipp Umpierre, corrieron mejor suerte, ubicándose 15º y 7º, sumando 29 unidades de ventaja sobre los nacionales.
“Lamentablemente, fue un día negro. Cruzamos antes la línea de largada, junto a otros once botes. Íbamos preocupados de partir bien, con viento limpio y ninguno se dio cuenta… Para colmo, los uruguayos, con tanto penalizado, quedaron mejor ubicados en esa regata. Una pena”, dijo desde Estados Unidos el proel nacional, Cristóbal Grez, de 28 años, quien abandonó su trabajo como Ingeniero Comercial para dedicarse a tiempo completo a este proyecto.
“No es como nos hubiera gustado partir, pero todavía queda mucho campeonato. A no desanimarse”, agregó Benjamín, de 23 años, quien abandonó su carrera de Ingeniería en la Universidad Católica para convertirse en timonel de la dupla que cuenta con el apoyo de MBI Inversiones, Volvo, Clínica MEDS, CORDEP, Travel Security, Columbia, Broota, la Federación Chilena de Navegación a Vela y el Instituto Nacional de Deportes.
Al equipo Grez todavía le restan cuatro jornadas y trece regatas para definir su futuro olímpico.
El 49er (en inglés forty-niner) es un velero olímpico biplaza (para dos tripulantes) de 4,99 metros de eslora (largo del caso) y un mástil de 8,10 metros de altura. Es considerado como una revolución en la náutica mundial, que combina high performance, velocidad y espectáculo, ofreciendo a sus tripulantes un gran desafío físico, técnico y deportivo. Entre otras cosas, porque ambos navegantes gobiernan y estabilizan la embarcación mientras se cuelgan para contrarrestar la inclinación del bote y utiliza una vela globo (Spinnaker) asimétrica y de gran superficie.
