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Benjamín y Cristóbal Grez Ahrens.
El Equipo Grez, integrado por los hermanos Benjamín y Cristóbal Grez Ahrens, recientemente clasificado a los Juegos Olímpicos, se ubicó en el 16º lugar en la regata inaugural y marcha en el 31º puesto de la clasificación general del Campeonato Mundial de Veleros 49er, que reúne a 68 duplas en Clearwater, Estados Unidos.
Los navegantes de la Cofradía Náutica del Pacífico (Algarrobo) y seleccionados Fedevela, quienes se están midiendo con los más destacados especialistas del planeta, muchos de los cuales serán sus rivales en la cita de los cinco anillos en Rio de Janeiro, sortearon sin mayores inconvenientes los 14 nudos de viento, con rachas de 18, que provocaron numerosos volcamientos y la rotura de los mástiles de seis embarcaciones, obligando a los jueces a suspender las otras dos pruebas programadas.
“Acá hay que competir con los rivales, contra uno mismo y con el viento. Hay que jugársela, pero al mismo tiempo medirse un poco, para cuidar el material. La semana pasada, entrenando, ya rompimos un mástil. Y eso le pasó a más de 20 barcos”, comentó desde Florida el proel chileno, Cristóbal Grez, de 28 años, quien abandonó en 2014 su trabajo como Ingeniero Comercial para dedicarse a tiempo completo a este proyecto.
“Esta es una cancha complicada, de condiciones difíciles, y además con poca profundidad. Es un gran desafío para todos los equipos”, agregó Benjamín, de 23 años, quien abandonó su carrera de Ingeniería en la Universidad Católica para convertirse en timonel de la dupla que cuenta con el apoyo de MBI Inversiones, Volvo, Clínica MEDS, Travel Security, Columbia, CORDEP, Massiva, la Federación Chilena de Navegación a Vela y ADO Chile.
Después del Mundial, el Equipo Grez volverá a Chile, para entrenar en Panguipulli y Algarrobo. En marzo próximo viajarán a Europa, para competir en España, Francia e Inglaterra, antes de realizar tres concentraciones en la bahía de Guanabara, en Brasil.
El 49er (en inglés forty-niner) es un velero olímpico biplaza (para dos tripulantes) de 4,99 metros de eslora (largo del caso) y un mástil de 8,10 metros de altura. Es considerado como una revolución en la náutica mundial, que combina high performance, velocidad y espectáculo, ofreciendo a sus tripulantes un gran desafío físico, técnico y deportivo. Entre otras cosas, porque ambos navegantes gobiernan y estabilizan la embarcación mientras se cuelgan para contrarrestar la inclinación del bote y utiliza una vela globo (Spinnaker) asimétrica y de gran superficie.
