Las autopsias muestran evidencias de ETC, la afección degenerativa vinculada con los traumatismos repetidos en la cabeza.
Por primera vez, los investigadores han confirmado evidencias de una devastadora enfermedad del cerebro, la encefalopatía traumática crónica (ETC), en los jugadores de fútbol jubilados.
Investigadores de Reino Unido examinaron los cerebros de seis ex jugadores de fútbol con demencia que habían fallecido. Los seis tenían señales de enfermedad de Alzheimer y cuatro también tenían señales de ETC, la afección cerebral degenerativa que se ha vinculado con los traumatismos repetidos en la cabeza.
"Esta es la primera vez que se ha confirmado una ETC en un grupo de [jugadores de fútbol] jubilados", afirmó la autora líder del estudio, la Dra. Helen Ling, neuróloga del Colegio Universitario de Londres.
La tasa de ETC en los ex jugadores de fútbol fue más alta que el 12 por ciento encontrado en la población general, informaron los investigadores.
Otros estudios han encontrado evidencias de ETC en los cerebros de deportistas que compiten en deportes de contacto como el boxeo y el fútbol americano.
Aunque los nuevos hallazgos sugieren un vínculo entre jugar fútbol y una enfermedad cerebral degenerativa posterior, Ling dijo que solo se estudió a unos pocos jugadores jubilados. Los investigadores no saben qué tan común es la demencia entre los jugadores de fútbol.
"Todos los jugadores cuyas autopsias cerebrales mostraron señales de ETC también tenían la patología del Alzheimer, pero la relación entre ambas enfermedades sigue sin estar clara", dijo Ling en un comunicado de prensa de la universidad.
El autor líder del estudio, el Dr. Huw Morris, un neurólogo, señaló que los investigadores no saben exactamente qué provoca la ETC en los jugadores de fútbol o qué tan grande es el riesgo.
"La causa más común de las lesiones importantes en la cabeza en [el fútbol] son las colisiones entre jugadores, en lugar de los cabeceos de la pelota", dijo Morris. Anotó que los jugadores "cabecean" la pelota miles de veces durante una carrera, pero esa movida común en el fútbol raras veces provoca síntomas neurológicos notables.
Se "necesita con urgencia" más investigación para examinar los riesgos de forma que se pueda prevenir el daño a largo plazo, añadió Morris.
El estudio se publicó el 14 de febrero en la revista Acta Neuropathologica.
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