Una nueva investigación suma evidencia.
Para las mujeres que estén pensando en tener un bebé, una nueva investigación se suma a las evidencias que sugieren que empezar el embarazo con un peso normal es lo mejor.
El estudio encontró que pesar demasiado o incluso demasiado poco aumenta el riesgo de la futura madre de sufrir enfermedades graves y de morir.
"No solo por el bebé, sino también por usted misma, tenga una dieta sana y haga ejercicio con regularidad antes del embarazo", dijo la autora del estudio, la Dra. Sarka Lisonkova, profesora asistente en el departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Columbia Británica y el Centro Médico para Niños y Mujeres de Vancouver.
"Nunca es demasiado tarde, incluso si usted ya está embarazada", dijo Lisonkova, y añadió que aumentar de peso durante el embarazo también puede incrementar el riesgo de enfermedades graves e incluso de morir de las futuras madres.
El estudio, publicado el 14 de noviembre en la revista Journal of the American Medical Association, incluyó información sobre casi tres cuartos de un millón de mujeres del estado de Washington. Tenían una edad promedio de 28 años.
Antes del embarazo, aproximadamente el 3 por ciento tenían un peso más bajo que el normal, el 48 por ciento tenían un peso normal y el 26 por ciento tenían sobrepeso. Además, aproximadamente el 13 por ciento fueron categorizadas con una obesidad de clase 1, el 6 por ciento con obesidad de clase 2 y el 4 por ciento, de clase 3; una clase más alta indica un mayor peso y un mayor riesgo para la salud.
Los investigadores usaron el índice de masa corporal (IMC) para determinar si alguien tenía sobrepeso, obesidad o un peso por debajo del normal. El índice de masa corporal es un estimado aproximado de cuánta grasa corporal tiene una persona, calculado a partir de su peso y su estatura. Para una mujer que mida 5 pies y 6 pulgadas (aproximadamente 168 centímetros), un IMC normal estaría entre 119 y 150 libras (53.5 y 68 kg). La misma mujer tendría sobrepeso si pesara entre 155 y 180 libras (70 y 81.5 kg), y la obesidad empezaría en torno a las 186 libras (84.5 kg), según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU.
Los investigadores encontraron que cuanto más pesaba una mujer, más probabilidades tenía de sufrir una enfermedad grave o de fallecer durante el embarazo. Las mujeres con un peso más bajo del normal también tenían un riesgo más alto de esos resultados. Las enfermedades graves incluyeron afecciones como la eclampsia (convulsiones o coma inducido por la hipertensión), la insuficiencia renal súbita, la sepsis, la hemorragia y los problemas respiratorios.
Pero el riesgo para cualquier mujer individual es bastante bajo. Por ejemplo, el estudio encontró que, en comparación con una mujer embarazada con un peso normal, hubo unos 25 casos más de enfermedades graves o de fallecimientos por cada 10,000 mujeres embarazadas si la mujer era obesa.
"Las probabilidades de que una mujer individual fallezca durante el embarazo es de aproximadamente 1 de cada 6,000 en Estados Unidos", dijo el Dr. Aaron Caughey, director del departamento de obstetricia y ginecología de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, en Portland. Escribió también un editorial que acompaña el estudio.
Pero lo que es especialmente preocupante con respecto a los resultados de este estudio, indicó, es que cada vez más mujeres quedan embarazadas siendo obesas o muy obesas. Con unos niveles más altos de obesidad, "hay un estado inflamatorio increíblemente alto que aumenta el riesgo de obtener unos resultados raros, como el tromboembolismo", un coágulo sanguíneo, advirtió Caughey.
Dijo que las mujeres con un peso más bajo del normal probablemente tenían una enfermedad crónica que aumentó su riesgo.
Tanto Caughey como Lisonkova dijeron que lo ideal es que las mujeres tuvieran un peso normal antes de quedar embarazadas. Si una mujer no tiene su peso ideal, el embarazo es un buen momento para empezar a centrarse en cosas como comer una dieta saludable y hacer ejercicio con regularidad, plantearon.
El embarazo puede ser un "evento en el que centrarse para afectar el cambio de la conducta de las mujeres", dijo Caughey, porque una vez embarazada, una mujer con frecuencia se centra en hacer lo que puede para tener un bebé sano.
"El embarazo es un gran momento para pensar en la dieta y el ejercicio, especialmente porque las mujeres con frecuencia fomentan las conductas saludables en la familia, de modo que no hay ningún otro momento como el actual para hacer cambios saludables", dijo.
Lisonkova también hizo hincapié en la importancia de una buena atención médica prenatal. "Los profesionales clínicos pueden detectar señales de posibles complicaciones antes con unas revisiones regulares", aseguró.
La salud general de la mamá no es la única preocupación asociada al exceso de peso materno.
Un segundo estudio que hizo un seguimiento a unas 2,800 mujeres a partir del primer trimestre durante todo el embarazo encontró que los bebés de las mujeres obesas nacían con un peso mayor que los bebés de mamás más delgadas.
El estudio, dirigido por la Dra. Cuilin Zhang, de los Institutos Nacionales de la Salud de EE. UU., encontró que la media de la diferencia de peso fue de 7 onzas (20 gramos). Los hallazgos se publicaron el 13 de noviembre en la revista JAMA Pediatrics.
Tener un bebé más grande puede llevar a que haya complicaciones en el parto, y puede hacer que sea más probable que se realice una cesárea, según March of Dimes.
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