En la última década.
El consumo de refrescos y otras bebidas azucaradas, una importante fuente de azúcar en las dietas de los estadounidenses, se ha reducido en la última década, tanto entre los niños como entre los adultos, encuentran unos investigadores.
En general, la cantidad de adultos que dijeron que bebían una bebida azucarada a diario se redujo en 12 puntos de porcentaje entre 2003 y 2014, dijeron los investigadores de la Universidad de Harvard, y en 19 puntos de porcentaje entre los niños.
"Las preferencias de las personas están cambiando", dijo Sara Bleich, profesora de políticas de la salud pública en la Facultad de Salud Pública T.H. Chan de la Universidad de Harvard. "El consumo total de bebidas está bajando, además del consumo de bebidas azucaradas. Quizá los mensajes sobre las bebidas comienzan a llegar a la gente".
Pero a pesar de esa reducción en el consumo de bebidas azucaradas, la epidemia de obesidad continúa con su ritmo, y hay más personas de mediana edad, adultos y niños obesos que nunca antes, anotó Bleich.
Los estadounidenses siguen consumiendo demasiadas calorías. "Incluso si los promedios generales bajan, comemos demasiado. Y como comemos demasiado, la obesidad sigue en aumento", lamentó.
El informe aparece en la edición en línea del 14 de noviembre de la revista Obesity.
Samantha Heller es nutricionista clínica principal en el Centro Médico de la Universidad de Nueva York. Dijo que "la buena noticia es que el consumo de bebidas endulzadas con azúcar se ha reducido en EE. UU. La mala noticia es que todavía tenemos trabajo, porque las bebidas azucaradas son el contribuyente más grande a los azúcares añadidos en EE. UU., y están altamente asociadas con la obesidad".
Reducir la cantidad de esas bebidas que la gente consume podría tener un efecto significativo en la obesidad, anotó Heller, siempre y cuando sean reemplazadas con opciones más saludables, como agua, agua con gas, té o leche.
Usando datos de las Encuestas nacionales de examen de salud y nutrición de 2003 a 2014, Bleich y sus colaboradores recolectaron información sobre 18,600 niños y adolescentes, de 2 a 19 años de edad, y de más de 27,600 adultos de a partir de 20 años.
Se preguntó a los participantes qué bebidas habían consumido el día anterior, entre ellas bebidas azucaradas, jugo 100 por ciento, bebidas de dieta, leche (también leche con sabores), café o té sin azúcar, alcohol y agua.
En 2003-2004, casi un 80 por ciento de los niños y un 62 por ciento de los adultos dijeron que habían consumido una bebida azucarada en cualquier día dado.
Eso se había reducido a más o menos un 61 por ciento de los niños y un 50 por ciento de los adultos en 2013-2014, mostraron los hallazgos.
A pesar de esa reducción, los adolescentes y los adultos jóvenes seguían consumiendo más de la cantidad recomendada de azúcar añadido según las Directrices Dietéticas para los Estadounidenses de 2015-2020, dijo Bleich.
Según la Asociación Americana del Corazón (American Heart Association), los adultos no deben consumir más de seis a nueve cucharaditas de azúcar al día, lo que incluye el azúcar en todo lo que comen y beben. La mayoría de estadounidenses consumen unas 20 cucharaditas de azúcar al día.
Y los niños no deben consumir más de cuatro cucharaditas de azúcar al día.
La mayor reducción en el consumo de bebidas azucaradas fue entre los adultos blancos de casi todas las edades, señaló Bleich. El consumo de bebidas azucaradas siguió siendo alto entre los negros, los estadounidenses de origen mexicano y los adolescentes hispanos, grupos que tienen un riesgo alto de obesidad y diabetes tipo 2.
Bleich dijo que esos grupos tienden a vivir en áreas más pobres donde hay un acceso abundante a bebidas azucaradas baratas.
"Con el tiempo hay un efecto de acondicionamiento al consumo de bebidas azucaradas, y eso se vuelve parte regular de la vida, en lugar de beber agua y otras cosas sin calorías", comentó.
La reducción general en el consumo de bebidas azucaradas se compensó mediante un aumento en el consumo de leche de los niños, y con que niños y adultos bebieran más agua, ambas tendencias positivas, anotó Bleich.
Heller cree que los padres pueden influir en las bebidas que sus hijos eligen simplemente al elegir bebidas sin endulzar para sí mismos. Por ejemplo, "los estudios han encontrado que la frecuencia de ingesta de agua de los niños es fuertemente influida por las prácticas de crianza y por el modelado de rol de los padres", afirmó.
"No hay razón para que los niños beban refrescos (de dieta ni regulares), leche con chocolate o bebidas de frutas", dijo Heller, y añadió que, cuando se les cría bebiendo agua, leche o leches vegetales sin endulzar, en general los niños están perfectamente conformes con esas opciones.
"Al final, se expondrán a las bebidas azucaradas, pero con algo de suerte los hábitos más saludables que aprendieron en la niñez prevalecerán", planteó.
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