Añadieron que aunque es difícil, los padres no deberían rendirse.
Exponer a los niños pequeños a una amplia variedad de alimentos saludables cuando son jóvenes puede ayudar a crear unos buenos hábitos alimentarios, según unos investigadores.
Añadieron que aunque es difícil, los padres no deberían rendirse.
Para llegar a esa conclusión, los investigadores revisaron 40 estudios sobre cómo los bebés y los niños pequeños desarrollan un gusto por los alimentos saludables, especialmente por las verduras y las frutas.
La clave es exponerlos de forma repetida a una variedad de alimentos saludables durante el embarazo, la infancia y la niñez temprana, encontró la revisión.
Durante el embarazo, los sabores de la dieta de la madre "llegan al niño en el útero, así que si ella come una dieta saludable, el feto se expone a esos sabores, y se acostumbra a ellos", comentó la autora del estudio, Stephanie Anzman-Frasca, profesora asistente en el departamento de pediatría de la Universidad de Buffalo, en Nueva York.
La lactancia materna también expone a los bebés a los sabores de los alimentos saludables.
Después de la infancia, la exposición repetida a los alimentos saludables que los niños evitan al principio puede ayudar a que desarrollen un gusto por esos alimentos, según los investigadores.
"Este método de simplemente exponer de forma repetida al niño a alimentos saludables se basa en una evidencia robusta", aseguró Anzman-Frasca en un comunicado de prensa de la universidad.
"Hay muchos estudios realizados con niños en edad preescolar que empiezan sin gustarles los pimientos rojos o el calabacín, por ejemplo, pero después de 5 o 6 sesiones en las que se ofrecieron repetidamente estos alimentos, terminaron gustándoles", afirmó.
"En general, basándonos en todos los estudios que revisamos, nuestra recomendación más firme para los padres y cuidadores es: '¡No se rindan!'", concluyó Anzman-Frasca.
Los hallazgos aparecen en la edición del 20 de diciembre de la revista Obesity Reviews.
© Derechos de autor 2017, HealthDay