Rally Dakar 2018.
Los pilotos y equipos del Dakar 2018 han terminado las verificaciones técnicas y administrativas en Lima. 188 motos y quads, 103 coches y SxS, así como 44 camiones han sido autorizados para tomar la salida, para un total de 335 vehículos y 523 competidores, incluyendo pilotos y copilotos.
Los grandes favoritos de la carrera finalizaban el ejercicio con los pilotos de KTM en motos y los cuatro vehículos de Peugeot en coches, liderados respectivamente por los vigentes campeones Sam Sunderland y Stéphane Peterhansel.
En la primera de las catorce etapas previstas antes de llegar a Córdoba el próximo 20 de enero, los competidores partirán rumbo a Pisco, para disputar una breve especial de 31 kilómetros en total, fuera de pista, que permitirá esbozar una primera clasificación…
Se acabó la tranquila vida del turista en Lima, las cómodas habitaciones de hotel, los deliciosos Pisco Sour, para aquellos que los hayan degustado con moderación, los suculentos ceviches y tiraditos, esos platos peruanos de pescado crudo, auténticos pilares de la fama de la que goza la gastronomía del país… Sin embargo, para los pilotos y equipos del Dakar, lo esencial se encuentra en otra parte… ¡sienten siempre predilección por la arena y las noches en tiendas de campaña! La emoción de la carrera brillaba hoy en los ojos de los pretendientes al título, convocados a lo largo de la mañana en la base aérea de Las Palmas para la última jornada de verificaciones. En el equipo Yamaha, Adrian van Beveren mostraba una mirada febril al evocar sus posibilidades de victoria, reales ya, aunque se trata tan solo de su tercera participación. “Se puede venir a aprender y, al mismo tiempo, tener ganas de obtener un buen resultado. Creo contar con la capacidad para pelear por los primeros puestos”, explicaba el piloto galo, 4º en 2017, que deberá medirse con Sam Sunderland, un vigente campeón al que la consagración obtenida el año pasado no le ha dejado saciado: “El número 1 en mi moto supone una presión adicional, pero lo veo más bien como algo positivo. Cuando se ha probado una vez la victoria, se quiere más”. KTM, no satisfecha con haber ganado las últimas 16 ediciones, presenta un equipo increíble compuesto por posibles campeones, pero también ha estado trabajando a fondo la moto. Por lo que comenta Antonio Meo, que regresa tras un séptimo puesto en 2016, el progreso logrado debería inquietar a los rivales: “Hemos trabajado para reducir el peso de la moto, lo que permite obtener mejores resultados, pero también es más pequeña y más baja, lo que hace que sea más manejable y estable”.
En coches, los outsiders también han introducido revoluciones técnicas. En el equipo X-Raid, las oportunidades se reparten entre los que estarán al volante del modelo finalizado del Mini y aquellos que han optado por el buggy de dos ruedas motrices, concebido para imponerse en un futuro cercano. Nani Roma, que ha regresado a la escudería alemana, ha decidido apostar por la versión 4x4, con la que se imponía, precisamente, en 2014: “En cuanto a su rendimiento, creo que ambos vehículos van casi a la par, yo solo me he decantado por el antiguo modelo, porque estoy más familiarizado con su conducción. He pasado toda mi carrera con 4x4 y no he querido ahora perder mis reflejos”. Si hablamos de viejas costumbres, no podemos olvidar a Stéphane Peterhansel, que se inscribía en su primer Dakar hace 30 años, logrando ganar 13 ediciones. Es probable que Peterhansel, jefe de filas de Peugeot, mantenga su estrategia, basada en la regularidad, aunque espera que la competencia sea ruda, tal vez de nuevo debido a su compañero de equipo Sébastien Loeb: “Resulta peligroso, pero también sé que Cyril Despres ha progresado mucho en los terrenos que dominaba menos cuando empezó en esta categoría, es decir las pistas tipo WRC. Y en los equipos rivales, Nasser Al Attiyah representa la mayor amenaza, sobre todo porque los cambios en el reglamento han permitido que Toyota consiga un mejor rendimiento”. Por último, Loeb, consciente tanto de sus capacidades como de sus limitaciones, no se preocupa apenas por la velocidad de su 3008 Maxi con el que sabe acelerar como nadie. Destaca, sin embargo, los escollos que se le podrían presentar a la hora de hacerse con la victoria en esta última oportunidad: “En el comienzo, en Perú, pero también en Argentina, en Fiambalá, habrá etapas en las que mi experiencia en WRC no me va a ser de gran ayuda. No va a depender solo de la velocidad, sino también del que menos se pierda en el desierto”.