Solo pensar en la idea parecía imposible, o de película: dos aviones en pleno vuelo, uno al lado del otro. A bordo, sus pilotos, quienes de pronto apagan el motor de sus aeronaves y cuando éstas comienzan a caer en picada, saltan de ellas en paracaídas, dejándolas completamente solas, para ingresar a la del otro piloto y tomar control del avión. Esta increíble hazaña que tardó 10 años en prepararse verá la luz este domingo y estará a cargo de las leyendas del salto, Luke Aikins y Andy Farrington, quienes romperán las leyes de la física en un vuelo que marcará un hito en la historia de lo que se ha hecho en el aire.
Este fin de semana, los paracaidistas llegarán hasta Arizona, Estados Unidos, donde volarán sus propias naves a 4.300 metros de altura, saltarán en el aire alcanzando los 225 km/h e intentarán cambiar de avión mientras van en caída libre. Este acontecimiento puede llegar a durar solo 40 segundos, pero promete desde la planificación de la idea, una maravilla de la ingeniería. Ambos aviones tienen que volar en formación en línea recta hacia el suelo y permanecer lo suficientemente estables para que los pilotos en paracaídas puedan maniobrar en el aire y entrar en una puerta del ancho de un refrigerador doméstico, pero no tan alta. Además, los aviones tienen que "reducir la velocidad" en el descenso, porque sin ataduras los aviones viajarían a una velocidad demasiado alta para que los paracaidistas los alcancen... Y los aviones se desintegrarían pronto debido a la velocidad.
El proyecto que podrá ser visto este domingo 24 de abril en directo, está a cargo del ingeniero Dr. Paulo Iscold, quien cuando la leyenda del paracaidismo Luke Aikins le presentó la idea, dudó de su cordura, pero luego de muchas discusiones, el también piloto y profesor universitario, logró ver la ciencia detrás del temerario acto.