Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo.
Tras haberle otorgado la realización de la Copa Mundial de Fútbol a dos países europeos consecutivamente - Suiza en 1954 y Suecia en 1958 - el torneo de 1962 correspondía ser organizado por un país sudamericano. El 10 de junio de 1956, en el Congreso de la FIFA en Lisboa (Portugal), para definir la sede de la Copa Mundial de 1962, Argentina y Chile presentaron sus candidaturas. En la ocasión el representante de la candidatura Argentina terminó su discurso con la frase "Podemos hacer el mundial mañana mismo. Lo tenemos todo". Al día siguiente, el representante chileno Carlos Dittborn realizó una brillante presentación, cerrándola con una frase que pasó a la historia, pese que hoy su autenticidad es objeto de controversia: "Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo". Inmediatamente se realizó la votación: Chile fue electo con 32 votos a favor, mientras que Argentina recibió 10 votos y 14 países votaron en blanco.
En Chile comenzó de inmediato la organización del 7º Campeonato Mundial de Fútbol con el entusiasta apoyo del recién electo presidente de la República Jorge Alessandri Rodríguez. Sin embargo, los planes de modernización de la infraestructura del país para la realización de torneo, se vieron seriamente afectados cuando el terremoto de Valdivia del año 1960 arrasó con todas las ciudades al sur. A pesar de la tragedia, el Gobierno manifestó a la FIFA su intención de realizar el torneo, comenzando un proceso de reconstrucción del país y de habilitación de las cuatro sedes y estadios donde se llevarían a cabo la justa deportiva: Santiago, Arica, Viña del Mar y Rancagua.
El desarrollo del Campeonato Mundial de Fútbol se realizó entre el 30 de mayo y 17 de junio de 1962. A la final pasó Brasil y Checoslovaquia, mientras Chile y Yugoslavia disputaron el tercer lugar. La tarde del 17 de junio de 1962 Brasil obtenía la Copa Jules Rimet al vencer por tres goles a uno a su rival. Un día antes, la notable actuación de la selección chilena le permitió obtener el tercer puesto del campeonato mundial, al vencer a Yugoslavia por un gol a cero en un Estadio Nacional repleto de gente.
El evento deportivo constituyó una gran fiesta para la sociedad chilena. Se organizaron barras, se compusieron canciones y la televisión hizo su aparición por primera vez en forma masiva al transmitir los partidos en directo, los que fueron vistos por miles de chilenos en las calles donde se instalaron televisores. De esta forma se dejaba atrás la tragedia del terremoto y el país le hacía honor a la frase de Carlos Dittborn: ¡Porque no tenemos nada, queremos hacerlo todo!
Texto extraído de Memoria Chilena